lunes, 4 de enero de 2010

Una Palabra


Porque con una palabra podemos perder o ganar un amigo.
Alguien dijo una vez: "Las palabras son los peldaños de la escalera de nuestra comunicación".
Así pues, hemos de cuidar que cada tramo esté bien construido, que no sea resbaladizo, que no esté carcomido, que no provoque más caídas o problemas en nuestra relación con los demás.
De ahí que siguiendo las definiciones orientales elijamos bien nuestras palabras, o sea los peldaños de la escalera de una buena comunicación.
Ya que:
Una palabra cualquiera puede ocasionar una discordia.
Una palabra cruel puede destruir una vida.
Una palabra amarga puede provocar odio.
Una palabra brutal puede romper un afecto.
Una palabra agradable puede suavizar el camino.
Una palabra a tiempo puede ahorrar un esfuerzo.
Una palabra alegre puede iluminar el día.
Una palabra con amor y cariño puede cambiar una actitud.

¡Elijamos bien una palabra hoy porque con una palabra podemos perder o ganar un amigo![/I]

A MIS AMIGOS...


A MIS AMIGOS...

Sonrío al recordar los gestos que me atavían sin conocerme,
en lo cercano y en la distancia sentida,
de los ojos en cuyos reflejos quiero verme,
para dar la espalda a realidad sufrida.

Sonrío en las palabras que alimentan,
sueño inmaculado que a la par del tiempo,
me estremecen a la vez que tientan,
estás fibras que al reír contemplo.

Y lloro, también lloro, y enjugo sin placer el llanto,
y sufro, y te anhelo oh sueño que me llenas,
que enamoras como agua cristalina, encanto,
y divides entre ríos, como sangre entre mis venas.

Extraño lo que no he vivido, que ironía,
y deseo volver a lo que no he de ser, ilusión,
esa tarde que al pasar inadvertida, volvería,
como nota sin estrofa ni canción.

Tú, amigo, con euforia a tu latido me entrelazo,
en éste y cualquier punto de la tierra, el mar y el viento,
estés ausente de mi voz o de mi abrazo,
acércate a mi letra de matiz, de sentimiento.

A MIS AMIGOS...

Aquellas Flores

Siembra de aquellas flores, que al tocado
tu mano trasladó desde tu seno,
las verdes faldas deste prado ameno,
que sale Silvia -blanca Aurora- al prado.

Tú, depuesto el ardor, oh sol dorado,
falto de ardores, y de luces lleno,
el campo dora de esplendor sereno,
luminoso esta vez y no abrasado.

Pero, qué importará que el campo agora
de flores siembres ni de rayos dores,
si sale mi bellísima pastora,

que de flores copiosa, y de esplendores,
soles los ojos y la boca aurora,
despide rayos y derrama flores.

ALMA DESNUDA


Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas(*)
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

miércoles, 1 de abril de 2009